
La pandemia de COVID-19 ha dado lugar a la importación, producción a pequeña y gran escala y a la comercialización de muchos elementos de protección personal tanto para el personal de la salud como para la comunidad en general.
Entre estos elementos de protección personal, llamados también EPP, están las máscaras y protectores faciales. Pero ¿podría un protector facial simple, adoptado, otorgar protección adicional a la higiene respiratoria y de manos para reducir el riesgo de contagio?
La Sociedad de Enfermedades Infecciones de América -según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA)– ha incluido el uso de máscaras y protectores faciales entre sus recomendaciones para enfrentar la pandemia.
Los protectores faciales vienen en varias formas, pero todos proporcionan una barrera de plástico transparente que cubre la cara. Para una protección óptima, el protector no debe dejar un espacio expuesto entre la frente y el borde superior.
Ofrecen, dicen los expertos, una serie de ventajas. Entre ellas, pueden ser reutilizados indefinidamente y pueden limpiarse fácilmente con agua y jabón o desinfectantes domésticos comunes. Son cómodos de usar, reducen la potencial entrada y salida de virus porque también disminuye la posibilidad de que quien lo usa se toque la cara.
Como si fuera poco, no representa dificultad para comunicarse, permite el distanciamiento social sin ocultar las expresiones faciales para la percepción del habla.
Lo más importante, dice el artículo, es que los protectores faciales parecen reducir significativamente la cantidad de exposición por inhalación al virus de la influenza, otro virus respiratorio propagado por gotas. En una simulación, la reducción alcanzó al 96% cuando los usa un trabajador de la salud expuesto a una tos emanada a 45 centímetros de distancia. Cuando el experimento se repitió a la distancia física recomendada de 1.5 metros, la reducción del virus fue de 92%, lo que refuerza la necesidad de cumplir con esta medida en la prevención de las infecciones respiratorias.
No olvides que la mejor protección es la que te brinda el distanciamiento físico y una higiene de manos adecuada: lávalas frecuentemente con agua y jabón.